lunes, 21 de enero de 2008

Otros detalles de un desayuno en Bavaria

Cuando vayas a hacer una visita a casa de un alemán/a, lo primero en lo que deberás pensar es en tus calcetines.
Por aquí se tiene la extraña costumbre de andar en calcetines o sucedáneos de zapatillacalceta. Pero no sólo el que vive allí, también el que va de visita.
Antes icluso de que hayas podido poner un pie dentro de la casa, te verás quitándote los zapatos. Y allí, muchos en el recibidor, otros en armaritos en el descansillo, descansan filas de zuecos, botas, deportivos y otro calzado que esperan su turno, fuera del calor del hogar, a que sus dueños se haga con ellos un día más.
De esta manera, si no vas preparado, tienes alguna que otra posibilidad de que piensen que aún no sabes remendar un calcetín o peor aún, que eres un desatendido (¿quién no ha encontrado un agujero en su calcetín?). Y a mí que desde que eso me pasó con 13 años al ir a comprarme unas zapatillas, no me había vuelto a pasar. Hasta el día del desayuno en casa de unos alemanes.

Claro que esto no ocurriría si no tuvieran la casa forrada de alfombras o en su defecto moqueta, o ambas cosas. Y es que las tienen en la cocina y en el cuarto de baño y hasta en la taza del water, que ya es el colmo de lo barroco. Aunque en esto no tienen la exclusividad y comparten aficcion por los suelos emparedados de tela con los ingleses. Cómodo y caliente es. Digo yo que qué más da que la suciedad de los zapatos se quede fuera si las salpicaduras de la sartén caen dentro. Yo además, es que lo de las moquetas no lo llevo bien, algún trauma debe ser como el de las cortinas.

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Y no quiero abusar, pero a mí que me expliquen por qué no usan servilletas. Bueno, cuando hay celebraciones o visitas sí, pero a mí me consideran de confianza. Y yo lo agradezco de veras, la familiaridad y el aprecio, pero ¿cómo me limpio la mostaza de la salchicha y la espuma de la cerveza? Y es que en los bares me pasa también. Y yo no sé si es que he tenido purita mala suerte y sólo voy a lugares cutres sin servilletas o es que ya me conocen y me las esconden, para dar juego. Quizá es que no compran porque son caras. O son caras porque aquí no las compra nadie. Es más, si las quieres blancas y de dos hojas no las encontrarás. Aquí o a todo lujo o nada, 16 capas, tacto seda y estampados infinitos.
Yo los observé atentamente. Pero es que ellos no se ensucian la boca.

3 comentarios:

Meiko dijo...

Anda! yo no he visto nunca una cocina y un banyo con moqueta, quien es el listo?

En casa (y las demas que he visto) tenemos moqueta en todas partes excepto cocina, banyo y entrada.
Y la verdad es que da rabia que, cuando acabas de pasar la aspiradora, venga alguien con los zapatos guarros de la calle (y la lluvia) y te lo pise todo.

Cuando era pequenya le pedi a mi madre que me enmoquetara la habitación y me miró con cara de que yo estaba loca... quizas ahora estoy en lugar idoneo jejeje.

Por cierto! a mi tambien me extranya lo de las servilletas, y se lo pregunte a meine Frau. Me contestó que es un gasto inutil de papel (y de bosques talados) cuando al final de la comida puedes ir al banyo a lavarte las manos y la cara.
A mi sigue sin convencerme eso

Reavel dijo...

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betty dijo...

Querida, como tu yo soy otra °inmigrante espannola" (perdón mi teclado no tiene nuestra "n") y cuando contaba en nuestra tierra las costumbres de aqui (yo vivo en Berlin) nadie me creia o me tachaban de exagerada.
Cuanto agradezco el haber encontrado tu blog!!!! Ya no me siento tan incomprendida!!!!
Por ejemplo lo de las servilletas es increíble, incluso en las familias más "pijas" de aqui (si se puede aplicar este término en Alemania...) no las usan, simplemente, por ejemplo, los ninnos se limpian con la manga (no quiero pensar que hacen los adultos...).
Y que me dices de cuando te invitan a una fiesta, llevas una botella de vino o varias y al final te piden dinero por las bebidas consumidas???